sábado, 2 de enero de 2016

LA CALIDAD RITMICA DEL BAILE TIENE UN CARACTER MAS OBJETIVO DE LO QUE PARECE (parte 1). Por XAVIER MORA



En 1990 fue fundada la AEBDC, origen de la actual FEBD. Su socio nº 1 y primer presidente, Xavier Mora. Era el tiempo de los pioneros y Xavier uno de los más destacados, no solo como directivo, también como bailarín. Con su pareja, Isabel Baldrich, y años antes de que en 1995 se celebraran los primeros campeonatos de España amateur, fue de los primeros en abrir las fronteras y pasear por Europa nuestro incipiente baile. En 1995 se proclamaron Subcampeones absolutos en bailes estándar. Posterioremente fueron Campeones senior estándar en 1997 y 1999.

Profesor de Matemática Aplicada en la Universitat Autònoma de Barcelona, Xavier ha fusionado su competencia en el terreno de las matemáticas con su conocimiento del baile como juez y bailarín. En 2013 el Departamento de Educación de la WDC publicó un trabajo suyo en el que discute las posibilidades de objetivar la calidad rítmica en el baile y que él mismo ha traducido para AEPBSD STUDIO. Nosotros lo publicaremos en dos partes. En esta PARTE 1 se presenta el marco conceptual. En la PARTE 2 se aplican los conceptos en varias acciones usadas al bailar. Su trabajo forma parte de lo que en ciencia se llama "investigación básica". Tal vez con el tiempo y ulteriores desarrollos podría tener repercusión tanto en la enseñanza como en el juicio.
Vicent Mengual

El original en inglés en  http://www.dancearchives.net/2013/11/15/rhythmic-quality-dance-objective-seems-xavier-mora/                                    

  PARTE 1


Xavier Mora
La calidad rítmica es un componente esencial del buen baile. Nadie lo duda. Sin embargo, carece de una definición precisa, por lo que es materia de opinión subjetiva, incluso por los jueces que actúan en las competiciones de baile deportivo.

Este artículo forma parte de un proyecto que pretende mejorar esta situación. Es consecuencia de un trabajo más técnico  donde se hace un cierto uso de las matemáticas. Aquí prescindiremos de tecnicidades matemáticas, pero aun así intentaremos explicar los resultados en forma de conclusiones interesantes para el baile.

Dejemos claro desde el principio que nos ocuparemos solamente de la calidad rítmica en un sentido estricto, excluyendo cualquier desviación más o menos expresiva respecto al patrón ideal. Por otro lado, ese patrón ideal lo entendemos con carácter genérico dentro de cada baile y no con carácter específico para una determinada secuencia coreográfica.

A la larga, nuestro proyecto podría proporcionar un sistema para puntuar la calidad rítmica en el baile. Desgraciadamente, esto requiere superar ciertas dificultades tecnológicas que comentaremos en el apartado 9 (que pertenece a la segunda parte). Aun así, este análisis preliminar ya puede ayudar a entender mejor en qué consiste la calidad rítmica y a mostrar que tiene un carácter más objetivo de lo que parece. 

1. DEFINICIONES DE PARTIDA. La  calidad rítmica  la entendemos como un  grado de concordancia  entre una  acentuación  real y un  patrón rítmico  especificado. Aquí y en lo que sigue, una  acentuación  significa simplemente una distribución en el tiempo de ciertas  variables de acentuación,  es decir ciertas magnitudes medibles que habrá que especificar. De acuerdo con ello, entendemos un  acento  como una fuerte concentración de estas variables en un cierto momento. Un  patrón rítmico  es una acentuación ideal, que habitualmente se repite periódicamente en el tiempo. Finalmente, el grado de concordancia  lo pretendemos medir a través de una comparación matemática entre la acentuación real y la ideal.
Isabel y Xavier en el German Open 1994

El principal objetivo de este artículo es identificar cuáles son las variables de acentuación que importan en el baile. La cuestión de especificar un patrón rítmico para cada baile y medir el grado de concordancia la dejamos para un trabajo posterior.

2. ¿QUE ES UN ACENTO DE MOVIMIENTO? En el baile hay una cierta tendencia a considerar como acentos que marcan el ritmo los pasos de los pies. Sin embargo, en el baile deportivo y en muchos otros tipos de baile, una buena calidad rítmica reside fundamentalmente en el movimiento del centro del cuerpo más que en el movimiento de los pies. Por otro lado, en general, el movimiento del centro del cuerpo es más fluido que los pasos de los pies, de manera que el problema de identificar los acentos que marcan el ritmo se hace más difícil.

La literatura existente sobre baile no suele entrar en detalles sobre el significado preciso de un acento de movimiento. Dicho esto, algunos autores hacen algún intento al respecto. Así, por ejemplo, Ann Hutchinson Guest (Labanotation, pág. 478 de la 3a edición, 1977) define un acento de movimiento como “el resultado de un aumento repentino y momentáneo del uso de energía”, y lo que es más interesante, distingue las siguientes clases de acentos: “Un fuerte acento al principio del movimiento:  impulso;  un fuerte acento en mitad de un movimiento: típicamente un swing; un fuerte acento al final de un movimiento:  impacto”. Un impacto combinado con un impulso inmediatamente subsiguiente forma un  rebote (rebound).  Además de estos términos, hay otros que se refieren a movimientos sostenidos, a la ausencia de acentos, e incluso a lo contrario de un acento:  vibración,  persistencia (steadiness) (movimiento sin acentos),  inmovilidad (stillness) (ausencia de movimiento),  suspensión.  Este lenguaje permite describir la acentuación del movimiento de forma cualitativa. Por ejemplo, Ruud Vermeij (Latin; Thinking, Sensing and Doing in Latin American Dancing, 1994, pág. 119–126) lo utiliza para describir el carácter rítmico general de cada uno de los cinco bailes Latinos del baile deportivo.
Sin embargo, esto no es suficiente para nuestro objetivo. Si queremos llegar a puntuar la calidad rítmica del movimiento en el baile, tenemos que basarnos en alguna variable de acentuación que sea medible. Y no está claro cuál tiene que ser. En palabras de Ruud Vermeij (obra citada, pág.159): “Incluso si entendemos el ritmo solamente como temporización, sigue en pie la pregunta: ¿qué es lo que cambia?”

3. OBSERVACIONES EMPIRICAS. Para dar respuesta a la pregunta que nos estamos planteando nos basaremos en ciertas observaciones empíricas  sobre la percepción humana del ritmo en un movimiento. En este artículo consideramos algunos casos muy sencillos donde el movimiento se reduce a la traslación de un solo punto (que nos podemos imaginar como el centro del cuerpo de un bailarín). Más concretamente, consideraremos los rebotes de una pelota y las oscilaciones de muelles y péndulos. Todo el mundo reconoce estos movimientos como ejemplos típicos de movimientos rítmicos. Así pues, es natural preguntarse dónde percibimos los acentos de marcan sus ritmos respectivos. Habiendo planteado esta pregunta a unas cuantas personas, muchas de ellas expertas en baile deportivo, hemos obtenido las siguientes respuestas: 

Observación empírica 1. En el caso de las oscilaciones de una masa que cuelga de un muelle ordinario, los acentos de movimiento se perciben en los puntos de retroceso. 
Nota. Dicho esto, existe una cierta tendencia a preferir como acento el retroceso inferior en lugar del superior (como veremos en el apartado 7). 

Observación empírica 2. En el caso de una pelota que bota repetidamente sobre el suelo, los acentos de movimiento se perciben en los puntos de rebote sobre el suelo. 

Observación empírica 3. En el caso de un péndulo que oscila con poca amplitud, los acentos de movimiento se perciben en los puntos de retroceso de ambos lados. 

Observación empírica 4. En el caso de un péndulo que oscila con gran amplitud, los acentos de movimiento se perciben en el punto más bajo del recorrido.

Observación empírica 5. En el caso de un péndulo que oscila con una amplitud intermedia, se da una vacilación o división de opiniones entre situar los acentos de movimiento en los puntos de retroceso y situarlos en el punto más bajo.

 Basándonos en estos hechos, afirmamos que los acentos de movimiento son determinados por la magnitud del vector de aceleración. Otros candidatos a variables de acentuación —tales como la rapidez (magnitud del vector de velocidad), la energía cinética, sus respectivas tasas de variación, o la magnitud del vector de aceleración relativa que será considerado en el apartado 9— concuerdan con la percepción de acentos de movimiento en algunos de los casos mencionados, pero no en todos ellos. En cambio, la magnitud del vector de aceleración los explica todos.

Tal como se muestra en el trabajo más técnico ya referido, la afirmación precedente se basa en un análisis matemático de los movimientos arriba considerados mediante las llamadas ecuaciones diferenciales. Aquí intentaremos explicarnos en lenguaje ordinario para una audiencia del mundo del baile. 

4. VELOCIDAD, ACELERACION Y LAS DOS COMPONENTES DE ESTA ULTIMA. Recordemos que la aceleración es la tasa de cambio de la velocidad. Y que la velocidad es la tasa de cambio de la posición. En ambos casos se trata de vectores, que significa que tienen no solo una magnitud sino también una dirección. La dirección del vector de velocidad es simplemente la dirección de movimiento. La magnitud del vector de velocidad es lo que comúnmente llamamos rapidez. Se puede tener un movimiento en una dirección constante con una rapidez variable y también un movimiento de rapidez constante en una dirección variable. En general, tanto la rapidez como la dirección del movimiento pueden cambiar con el tiempo.

En un movimiento general, el vector aceleración tiene dos componentes, una en la dirección de movimiento y otra en una dirección perpendicular a la de movimiento. Se las conoce respectivamente como componentes tangencial y normal de la aceleración.La componente tangencial da la tasa de cambio de la rapidez y la componente normal da la tasa de cambio de la dirección de movimiento.

En un movimiento rectilíneo la componente normal se anula. Por tanto, en ese caso la aceleración se puede considerar simplemente como la tasa de cambio de la rapidez, y por tanto un acento de movimiento no es entonces más que un cambio repentino de rapidez. (A este respecto conviene admitir que la rapidez pueda tener un valor negativo, en cuyo caso hay que entender que equivale a un valor positivo de la misma magnitud en la dirección contraria).

En cambio, en un movimiento curvilíneo un acento de movimiento no se reduce siempre a un cambio repentino de rapidez. De hecho, el movimiento curvilíneo permite acentos donde la tasa de cambio de la rapidez es nula. Tales acentos son el elemento crucial del movimiento de  swing  que es tan característico de bailes como el Vals Inglés, el Vals Vienés, el Foxtrot y el Quickstep.

3 comentarios:

  1. mentira !!!

    En 1990 fue fundada la AEBDC, origen de la actual FEBD. Su socio nº 1 y primer presidente, Xavier Mora. Era el tiempo de los pioneros y Xavier uno de los más destacados, no solo como directivo, también como bailarín. Con su pareja, Isabel Baldrich, y años antes de que en 1995 se celebraran los primeros campeonatos de España amateur, fue de los primeros en abrir las fronteras y pasear por Europa nuestro incipiente baile. En 1995 se proclamaron Subcampeones absolutos en bailes estándar. Posterioremente fueron Campeones senior estándar en 1997 y 1999

    ResponderEliminar
  2. hagas lo que hagas nunca sabrás bailar !!!

    ResponderEliminar
  3. Hay gente que se aburre mucho. Yo lo encuentro muy interesante pedagogicamente. A los comentarios de troll como estos, ni caso!

    ResponderEliminar